XXXII Domingo del Tiempo Ordinario

Evangelio(Mc 12, 38-44)

En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

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Santa Faustina anotó en su Diario (D. 55, 162, 795)

En otra oportunidad el confesor me dijo: Pórtese delante del Señor como la viuda del Evangelio que puso en la alcancía una monedita de poco valor; pero para Dios, ésta pesó más que las grandes ofrendas de los demás.
Jaculatoria: Todo para Jesús.
Trato de cumplir en todo la voluntad de Dios, no deseo sanarme más que morir. Me abandono completamente a su misericordia infinita, y como una niña pequeña vivo en absoluta tranquilidad; procuro solamente que mi amor hacia Él sea cada vez más profundo y más puro, para ser un deleite de su mirada divina.

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➡ Jesús mira en lo profundo de mi corazón y ve cada uno de mis esfuerzos, cada movimiento de mi corazón.
➡ ¿Recuerdo esto en mi vida diaria e intento hacer todo para Jesús, para ser el deleite de su mirada divina, como dice Sta. Faustina?
➡ Le pediré al Espíritu Santo que encienda mi corazón en el amor a Jesús para que haga todas las cosas para la gloria de Dios.