“Estoy en la Asociación Faustinum porque” –  testimonios de España

Marina

Me llamo Marina Duarte, de Madrid / España,

Estoy unida a la Asociación Faustinum, porque es el camino que he encontrado para acercarme con mucha confianza a este mar de misericordia, para aprender cada día con Santa Faustina, a tener más y más confíanza en Dios y a dejarme moldear.

Gracias a Faustinum comencé a darme cuenta de mi miseria y descubrí que el Señor me ama como soy y quiere transformar todo mi ser, para que yo sea un reflejo de su amor en medio de las almas que ha puesto en mi camino y para que sea misericordiosa con misericordia infinita.

Gracias Faustinum, que el Señor te siga bendiciendo, para que este mensaje llegue a las almas de todo el mundo y dé frutos en abundancia.

Ephrem

Me llamo Ephrem Tshibamfumu, vivo en Madrid / España,

Estoy unido a la Asociación Faustinum porque, aunque ya tenía un poco de conocimiento de esta maravillosa devoción, aprender de la fuente ha sido para mí un regalo recibido del Rey de la Misericordia sin ningún mérito de mi parte.

Desde que comencé a seguir la formación en la Asociación Faustinum, he aprendido a poner un poco de orden en mi forma de entender y vivir la devoción a la misericordia divina, corrigiendo los muchos errores que por ignorancia cometía.

Hoy en mi familia hemos entendido lo que significa “confiar en el Rey de la Misericordia”. Nuestra vida durante el año 2020 ha sido totalmente diferente, a pesar de la pandemia, hemos tratado de vivir sin perturbaciones internas, sin miedo, sin perder la esperanza, porque mi esposa y yo (los dos recibiendo formación en Faustinum) intentamos transmitir a la familia, con actitud serena, esta convicción según la cual: quien no confía en el Rey de la Misericordia, no puede ser su apóstol, por lo tanto, no puede glorificar su Santo Nombre.

Desde que pertenezco a Faustinum, he disfrutado de la presencia del Rey de la Misericordia como «un Dios cercano y amigo en el camino, a quien me dirijo con confianza y libertad». Comprendí que no debía tener miedo de mis pecados, más bien, aprender a acercarme a la Fuente de la Misericordia donde Jesús Misericordioso me espera con un abrazo de compasión y un amor siempre renovado.

Gracias Faustinum, que esta obra siga creciendo para la gloria de Dios y la salvación de las almas que aún no conocen el amor del Señor.