Realmente GRANDE

Viernes Santo. Realmente grande… Ese día, Dios se presentó ante un tribunal humano y se dejó matar para que su amada criatura, es decir, yo – ser humano, pueda disfrutar de la plenitud de la vida y la auténtica libertad. El derramamiento de sangre en la cruz reveló la grandeza de su misericordia y la fuerza del perdón. Él dejó que su corazón se abriera. Como Él mismo dijo a santa Faustina:  En la cruz, la fuente de Mi Misericordia fue abierta de par en par por la lanza para todas las almas, no he excluido a ninguna (D. 1182) si no creéis en Mis palabras, creed al menos en Mis llagas (D. 379).

El Viernes Santo, Dios recibió para siempre las heridas que los pecadores le infligieron. Son pruebas irrefutables de su amor misericordioso. Es justamente por eso que en este día comienza la Novena de preparación para la Fiesta de la Misericordia. Durante nueve días, recurriendo a las Heridas de Cristo, llevamos a la gente a la fuente de la Divina Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte (D. 1209).  Como señaló la secretaria de la Divina Misericordia: la obra de la Redención esta ligada a la obra de la misericordia (D. 89).

Viernes Santo, ¡el día de mi redención! Día de recuperar la libertad y regresar a la casa del Padre, de restaurar la dignidad de hijo de Dios, por el que circula sangre real. De hecho, la misericordia (de Dios) es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico (D. 699) la eternidad no es suficiente para glorificarla debidamente (cfr. D.951).

Que las prisas que preceden a la fiesta de Pascua no nos impidan centrarnos en la vivencia de este gran misterio de nuestra fe, la verdad acerca de Dios rico en misericordia. Que el comienzo de la Novena de preparación para la Fiesta de la Misericordia nos ayude a ser aún más conscientes del valor de ser salvos y la invitación de Dios para cooperar con Él en la salvación de otras almas de la pérdida eterna.