Consideraré estas palabras:
María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» (Lc 1, 38)
y,
[María] …»Ella me ha enseñado a amar interiormente a Dios y cómo cumplir su santa voluntad en todo. Maria, Tu eres la alegría, porque por medio de Ti, Dios descendió a la tierra y a mi corazón» (D. 40).
Cada día (hasta el próximo domingo), con la ayuda de la gracia de Dios:
- En una breve oración por la mañana, me encomendaré a María y le pediré que me ayude a descubrir la voluntad de Dios en ese día determinado y que la cumpla con amor.
- Durante el día, recordando la presencia de Jesús en mí, preguntaré: Jesús, ¿qué debo hacer? ¿qué esperas de mi? ¿cómo hacerlo para hacerte feliz? ¿qué será lo mejor en esta situación? ¿cómo reaccionar? ¿qué decir? ¿qué harías en mi lugar?
- Junto con María, escucharé Su voz en mí y a menudo repetiré durante el día: “hágase en mí según Tu palabra”.