Queridos Apóstoles de la Divina Misericordia:
En 1932, en la Festividad de la Navidad santa Faustina escribió estas palabras: “Durante la Santa Misa de Medianoche vi al Niño Jesús en la Hostia (…) Aunque era un Niñito, su Majestad penetró mi alma. Me impresionó profundamente este misterio, este gran humillarse de Dios, este inconcebible anonadamiento Suyo. Durante toda la fiesta de Navidad lo tuve vivo en el alma” (Diario 182).
En este tiempo de celebración de la Navidad, contemplemos con profundo asombro el misterio de la humillación de Dios. Que santa Faustina, que vió al Niño Jesús en la Hostia y se dejó penetrar con el poder de Su majestad, nos consiga la gracia de una fe viva, para que siempre que adoremos a Jesús en el Santísimo Sacramento honremos la Palabra de Dios, Misericordia Encarnada, que habitó entre nosotros. Deseamos que la adoración de Dios que se hace Niño y está escondido en la Hostia, transforme nuestro pensamiento y nuestras acciones, para que Él sea verdaderamente el Señor de nuestra vida y Su misericordia revelada al humillarse, sea el modelo y la fuente de todas nuestras decisiones y acciones. Que durante la próxima Navidad el amor de la Misericordia Encarnada penetre nuestros corazones, nuestras familias y comunidades y nos llene con la alegría que nace del hecho de cuánto Dios nos ha amado.
Os aseguramos nuestra unión espiritual y nuestra oración cordial por vosotros.
Equipo hermanas de “Faustinum”
Navidad 2019