Al final de la lucha de Cuaresma, seguramente miras hacia atrás y piensas que algunos días de tu lucha han sido diferentes. Más compromiso, más oración, tranquilidad, lectura de la Biblia, para facilitar a Dios su actuación en tu vida. Menos distracciones para evitar los golpes del oponente. Saca tus conclusiones. Mientras luches, eres el ganador, dice San Agustín. En la quinta ronda, el Juez quiere darte una importante noticia: hoy no saldrás del ring. Esto ha sido sólo un calentamiento. No te hago ilusiones con la paz y los consuelos, sino que prepárate a grandes batallas (D. 1760) – explicó Jesús a Santa Faustina – Hija Mía, la lucha continuará hasta la muerte, con el ultimo suspiro acabará (D. 1597). Tu Dios no te ha dejado en la tierra sin ayuda, ¡recibe la fuerza del Espíritu Santo!. Él hará que tu corazón sea sensible, te ayudará a descubrir todas las emboscadas del enemigo. Él te llevará a una comunidad donde encontrarás guerreros similares. Recuerda que Jesús quiere fortalecerte en la lucha a través de la Eucaristía, el sacramento de la reconciliación y la dirección espiritual. No renuncies a estos medios. Se paciente, no verás necesariamente los frutos de tu lucha de Cuaresma en este momento. Pero puedes estar seguro de que ninguna renuncia se pierde ante los ojos de Dios. Por lo tanto, ¡no abandones el campo de batalla hasta el final de tus días!
