Testimonios sobre ese dÍa....
Juan Carlos Zeledon Maffio
Costa Rica

Oscar Martínez Luraghi
Paraguay
Soy Oscar Martínez Luraghi, Presidente de la Asociación de Apóstoles de la Divina Misericordia en Paraguay.
- En relación a esta pregunta quería decirles que estaba en una celebración de la Fiesta de la Divina Misericordia de la Parroquia donde yo sirvo, la Parroquia San Cristóbal, ubicada en la ciudad de Asunción Paraguay. Era mi primer año como Servidor Apostol de la Divina Misericordia.
Experimente una gran alegría. Las cosas de Dios son indescriptibles. Que un Papa Polaco el Papa de la Misericordia sea elegido por Dios para que santifique a Sor Faustina no es una coincidencia. Con esta santificación Dios le da veracidad al mensaje de Misericordia que Jesús transmitió a Sor Faustina.
- Cuando el Papa Juan Pablo II santificó a Sor Faustina, para mi eran tiempos en que comenzaba mi conversión. Mi conversión se inició con la mirada al Cuadro de Jesús, que colgaba encima del altar de la Parroquia San Cristobal, fue un hecho que cambio mi vida y esa canonización ayudó a mi conversión y fortaleció mi fe.
- Fue un gran cambio. A mis 40 años de una vida mundana de profesional porque soy Ingeniero Civil, se inició una vida en que Jesús es el centro de todo lo que hago. Desde el 2004, estoy trabajando en difundir y llevar adelante el mensaje de la Misericordia en Paraguay, trabajo que estamos haciendo con muchos logros, el más importante es el ser el apostolado de la Divina Misericordia un movimiento reconocido y aprobado en la Iglesia en Paraguay, hecho que nos da la certeza de que Jesús nos esta ayudando para que se den los logros.

Rodolfo González
Apostolado Divina Misericordia
Costa Rica
Me encontraba en mi hogar, en San José, Costa Rica. Dado que mi país se encuentra 8 horas detrás de la hora de Roma, la canonización aconteció para nosotros en horas de la madrugada. Había puesto mi reloj despertador a tiempo para despertarme y así poder ver la ceremonia a través de EWTN, tal como lo hice. Experimenté una profunda alegría, y una inmensa emoción, al percatarme que -en ese momento- estaba viviendo el momento histórico relatado por Santa Faustina, en el numeral 1044 y siguientes, tan largamente esperado.
Significó un hito muy importante en mi vida. En 1994 leí una biografía de la Hna. Faustina, y eso cambió profundamente mi vida para siempre. Desde entonces comencé a difundir, tanto como me fuera posible, este tesoro del mensaje de la Divina Misericordia. No cabía de la emoción cuando supe que la canonización ya tenía fecha. Redacté y edité 60.000 copias de un volante, con la Imagen de Jesús Misericordioso, con un título que decía: “El Papa Juan Pablo II concluirá este mes una tarea que inició hace 35 años”, contenía la información básica del mensaje. En los días previos a la canonización recorrí, en mi vehículo, casi todo mi país, en ocasiones con mi familia, entregando el volante en las distintas iglesias. Quería que la gente de mi país supiera de este gran acontecimiento, lo aprovechara, y lo viviera. Quería gritar al mundo entero la grandeza de lo que en ese día se viviría.
Santa Faustina ya había cambiado mi vida desde 1994. Siento que ella me presentó a Jesús, un Jesús que hasta entonces yo no había conocido de esa manera. Y, al hacerlo, encendió en mi corazón un fuego que me mueve a compartir el mensaje de la Divina Misericordia tanto como me sea posible. En ocasiones, en mi labor de difusión, había experimentado el rechazo. A partir de la canonización de Santa Faustina, y del gran rol de Juan Pablo II como apóstol de la Divina Misericordia, se me facilitó por completo mi labor de difusión: el mensaje que difundo tiene como garante una Santa de nuestra Iglesia, y, el respaldo y apoyo de mi amado y admirado Juan Pablo II.

Juan Alberto Rodríguez P
Katia Vargas V
Costa Rica, Centroamérica
Mi esposa y yo acompañados de nuestra Comunidad Laical celebramos esa Fiesta de la Misericordia del 2000 con mucha alegría. La Iglesia oficializó la Fiesta ese año y decretó la Canonización de Santa Faustina. Habíamos como 2000 personas.
Demasiada alegría y gozo
Fue el inicio de una nueva etapa. La Madre Iglesia reconoció la Espiritualidad de la Divina Misericordia como medio de santificación, aceptó oficialmente que la vida de Santa Faustina constaba de virtudes heroicas y que era digna de imitar. Nos dió a Santa Faustina como Madre Espiritual para que nosotros los devotos sigamos sus enseñanzas.
Para nosotros la Espiritualidad de la Divina Misericordia es un camino que recorrer de la mano de Santa Faustina. Durante casi 30 años como laicos consagrados hemos buscado el ser fieles a esta espiritualidad que no es otra que el culmen del evangelio de la enseñanza de Jesús, en una dirección: ser misericordiosos.
Muchas bendiciones

Puerto Rico

y José Martín Murillo
Apóstol de la Divina Misericordia.
Apóstol de la Divina Misericordia.